“Saciar el gusanillo es más que fácil: juntas un poco de ganas,
te acercas a la estantería y eliges un libro. Porque a diferencia de las
máquinas de comida, en la biblioteca, la imaginación no tiene límites”.
<< Siempre he interpretado
la lectura como una magnífica forma de viajar sin tener que moverse uno del
sofá en el que se acomode con su libro. Creo que es una experiencia
absolutamente única la que te proporciona el hecho de avanzar junto con los
personajes, sentir sus emociones como si fueran las tuyas, vivir sus aventuras,
desdichas o pasiones. Escoger un destino al azar sin necesidad de gastar dinero
o hacer el equipaje, solo llevas encima la voluntad y una pizca de imaginación,
nada de discriminación o barreras, sino un campo llano sin lindes en el
horizonte. Sólo tú, contigo mismo.
Creo que a cada uno de
nosotros, aunque a veces lo neguemos, siempre nos llega un momento en la vida
en el que nos gustaría ser otra persona, tener otra vida, o simplemente
alejarse de todo lo que nos rodea para desnudarnos emocional y mentalmente ante
nosotros mismos, transformándonos en jueces de nuestro propio hacer y deshacer.
Algo semejante ocurre
cuando tienes un libro entre tus manos: te desentiendes, deseas aventúrate en
las profundidades de tu esencia o bien dejar volar la imaginación, te
identificas con un elemento, historia o personaje para atreverte, decidir,
sentir y concebir aquello que nunca has podido experimentar porque en tu mundo
es imposible, has perdido la oportunidad o no aún no la has tenido.
Con un libro a lo mejor
te enamoras, a lo mejor ríes o lloras…Puede ocurrir cualquier cosa, y lo más
maravilloso de todo es que cuando acabas de pasar la última página y echas un
vistazo atrás, te das cuenta de que algo dentro de ti, por mínimo e
imperceptible que sea, ha logrado un cambio.
Creo que somos como un
cuarto oscuro con infinidad de interruptores; lo único que hace falta es activarlos
y que cumplan la función que les toca. Un libro es ese desencadenante, de los
variados que hay, para que comiences a
iluminar poco a poco tu interior.
Por otra parte, el
anhelo de ciertas mentes de escapar, sobrepasar los límites de la realidad –
ésta en ocasiones algo aburrida y gris –
las lleva más allá. Saltando de libro en libro, de una emoción a otra, uno se
plantea la posibilidad de crear un mundo propio, a su medida, edificando allí
todo lo que nos hace ser como somos. Así es como surgen los libros. Así es como
esta embriagadora cadena de palabras y sensaciones nace, se desarrolla, pero
nunca muere.
Como humilde
encantadora del arte literario, descubrí vida mucho más allá de este mundo
entre las páginas de los libros, y también conseguí crear el esbozo de uno
propio, mi Nocturno >>
Irina Belokopytova
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